El momento en el que el presidente Uribe decidió terminar unilateralmente la intervención de Hugo Chávez como mediador entre las Farc y el Gobierno de Colombia, marcó claramente el encuentro de dos sensibilidades.
Chávez y su imprudencia, y Uribe y su intransigencia se encargaron de nublar esta aproximación tímida para un posible acuerdo de canje de rehenes, porque evidentemente este proceso nunca garantizaría la obtención de la paz.
Hoy, cada vez más, creo que las víctimas y sus familias están más lejos de encontrarse y todo por culpa de las intransigencias, las vanidades y las imprudencias de dos gobernantes absolutamente parecidas en el culto a sus figuras mesiánicas.
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3 comentarios:
Es increíble cómo una lucha de egos se ha encargado de convertir una opción de avanzar en la liberación de los secuestrados en una crisis diplomática. Las declaraciones de hoy de ambos presidentes contienen acusaciones gravísimas, que ponen en riesgo las relaciones entre ambos países. Saludos.
Si Galo, justamente de eso se trata lamentablemente. Los egos van empantanar una opción más o menos clara que tenían los familiares de los secuestrados para recuperar a sus seres queridos. Ahora esto está muy lejos. Gracias por tu comentario.
"Culto a sus figuras mesiánicas", no lo habría dicho mejor.. a pesar de ser un gran simpatizante de Uribe, reconozco las realidades y esta es una.
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