Escribir este titular es una tentación que muchos medios podrían estar esperando. Vamos a ver si alguien lo pone primero.
Sin embargo, a pesar de la atmósfera enrarecida y caldeada, creo que hay más razones para pensar que no habrá guerra porque es absolutamente inconveniente. A ningún país le conviene una guerra en términos de pérdidas de vidas humanas y económicas. Pero al que menos le conviene es a Venezuela. Sin que Colombia sea una potencia militar si tiene una experiencia única en la guerra de guerrillas y eso sería suficiente para derrotar militarmente a las fuerzas armadas de Venezuela que en algunos renglones tiene más equipos y hasta igual número de hombres como entiendo pasa en el caso de la Fuerza Aérea.
Si Venezuela llega a cerca de 59.000 hombres en la sumatoria de todas sus fuerzas, Colombia alcanza cerca de 179.000 aproximadamente. Eso ya es una ventaja, pero la mayor, repito, es la de la experiencia de combatir por años en la selva, en el desierto, en espacios urbanos, en la sabana y en otras distintas superficies. Una amiga venezolana me decía entre chiste y chanza que los soldados venezolanos solo sabían ponerse el uniforme, lucirlo bien y saludar en los cambios de guardia en Miraflores.
Obviamente es una visión extremadamente exagerada, pero un hombre (de apellido) Carratu, ex comandante de la Guardia Nacional venezolana y hoy un reconocido analista militar, señalaba ayer en una entrevista que le hicieron en la televisión venezolana que Venezuela no tiene la oportunidad de ganar en una confrontación bélica. El periodista le ripostó "¿Está diciéndonos que no podría ganársele a Colombia?", a lo que Carratu respondió: "No podríamos ganarle ni a Haití".
A su vez, Patricia Poleo, la periodista venezolana exiliada en Miami por sus críticas duras pero argumentadas sobre el gobierno en la era Chávez, también da claros indicios de la conciencia que hay entre los militares venezolanos sobre la inconveniencia de una confrontación.
Por supuesto en Colombia eso no nos deja de quitarnos los temores. Muchos sentimos miedo y hay bastante perturbación y hasta excitación en las calles, así como lamentablemente algunos compatriotas están dispuestos a unirse a las tropas en una guerra contra Chávez, ni siquiera contra Venezuela.
El pueblo venezolano es visto en Colombia como una masa víctima de los egos y las manipulaciones de su presidente, pero como una sociedad que en cualquier momento podría rebelarse contra su mandatario. No veo odios contra los venezolanos, ni aún en los más radicales, pero en cambio veo desagrado y sensaciones que van desde el desprecio y el miedo hasta el asco por el presidente Chávez, aún en los los más moderados de mi país.
La últimas manifestaciones públicas de Chávez y de sus funcionarios han causado un efecto contrario a lo que podrían esperar Correa y Chávez. Mientras el gobernante venezolano se refiere de manera contínua a cómo el pueblo colombiano soporta al régimen tirano de Uribe, tantas demostraciones han venido fortaleciendo el sentimiento de acompañamiento al gobierno nacional. Casi todos los líderes de agrupaciones políticas han señalado que hay que rodear al Presidente. Incluso Héctor Helí Rojas, un radical y tradicional senador de la oposición, ayer también sorprendió a los medios colombianos con la misma invitación de abrigo al mandatario colombiano.
Preocupa que el nacionalismo --que es un sentimiento que debe dosificarse con moderación dados los peligros de los "ismos"-- sirva ahora de excusa para buscar soluciones mesiánicas y únicas para el futuro mediato. En otras palabras, cabe la pregunta: ¿Rodear a un presidente en un momento determinado significará firmar un cheque en blanco para la continuidad?...
Por otra parte, aunque suene descabellado, creo que el anuncio formal del inicio de la guerra por parte de Venezuela podría ser lo mejor que podría ocurrir... A Venezuela. En el momento del anuncio habría desazón en la zona de frontera y aún más allá, pero creo que esto motivaría una manifestación civil en el que el "¡Basta Chávez!" podría ser un grito unánime. Ningún venezolano cuerdo apoyaría una guerra contra sus hermanos colombianos, como aquí tampoco apoyaríamos una guerra en contra de los hermanos de Ecuador o de la misma Venezuela. Además, ¿Se puede apoyar una guerra con hambre? ¿Es justificable pelear por un gobierno cuando al menos se tiene la sospecha de que presuntamente habría entregado 300 millones de dólares a un grupo terrorista mientras en las tiendas no se puede conseguir fácilmente leche, huevos y carne (lo mínimo de la canasta familiar)?
Ya pasó con Marcos Pérez Jiménez, el dictador venezolano que le regaló el petróleo a los estadounidenses, hizo fiestas con el Erario y restringió las libertades civiles. La sociedad civil, con la convencida participación de los estudiantes, minaron la continuidad de este personaje nefasto de la historia venezolana.
Por estas razones, si Chávez es inteligente no llegaría a proponer una guerra de verdad porque en ese mismo momento se desmoronarían los cimientos de su revolución bolivariana y a los colombianos tampoco nos convendría porque sería el pretexto directo y justificado, para muchos, de una segunda reelección, de una hecatombe motora de la continuidad.
Las consecuencias del episodio de la muerte de 'Raúl Reyes' han sido sobredimensionadas de manera conveniente para los gobiernos de Ecuador y Venezuela, pero especialmente en Venezuela donde cada vez más resulta insostenible la crisis interna de desabastecimiento alimentario, inflación por las nubes, derroche de recursos petroleros, poca claridad en la política administrativa del crudo, restricción de libertades como la de expresión y un largo etcétera.
Colombia, a su vez tiene mucho que perder pues una guerra externa sería en territorio colombiano y el desgaste sería muy grande. La guerra la tendría a domicilio con enemigos adentro y por fuera, con la desventaja de no tener la misma movilidad en las fronteras que tendría una tropa conjunta (al menos en join venture) de ejército venezolano y guerrilla de las Farc.
Por eso, los pueblos de Ecuador, Venezuela y Colombia invocamos un claro No a la guerra, un no a las hostilidades militares y comerciales en los bordes de las naciones. Necesitamos urgentemente un arreglo por la vía diplomática, dado que la historia de las relaciones de los tres pueblos ha estado y debe seguir estando por encima de los Estados.
Muchos colombianos y venezolanos en la zona de frontera trabajan en un país distinto al que duermen y sin embargo la línea limítrofe es una formalidad que no supera su tradición, su cultura y su cotidianidad. A su vez, nuestras etnias Wayuu en La Guajira no distinguen fronteras y transitan por el universo de su cosmogonía y son tan venezolanos como colombianos. Aprendamos de ellos y rechacemos los conatos de guerra.
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7 comentarios:
Pero si tenemos guerra a alguien tiene que beneficiarle, me pregunto si Chavez cuenta con el apoyo del pueblo venezolano, o como dicen algunos analistas ¿solo es verborrea?
Muy buena la reflexión acerca de esta tensa situación. La guerra no le conviene a nadie, la perdida de más vidas, el desgataste económico, político y social... demasiado que perder finalmente como respuesta a la muerte de una persona que ha representado en los últimos años a un grupo armado con el que la mayoría de los colombianos no nos identificamos.
Chavez ha dicho en repetidas ocasiones que el ataque será de Colombia hacia el pueblo Venezolano, no me sorpendería un autoataque o un ataque de las Farc a los soldados venezolanos simulando que son una unidad del ejercito Colombiano, con un solo soldado herido o muerto por una bala disparada desde colombia, chavez tendría su excusa para inciar su proyecto expanionista, obviamente apoyado por las Farc...
lo otro que me deja mudo es la pasividad rayando en estúpidez de nuestr canciller, ayer yo veía a Maduro con esa energía y pensaba como nos hace falta al menos un ministro así.
Esperemos que del dicho al hecho siga habiendo un buen trecho y que Chávez le jale menos al Risk y más a SimCity.
Buen analisis. Guerra no creo que haya, aunque si repercuciones economicas y momentos jartos.
Usted todavía le cree a Patricia Poleo??pobre ingenuo; esa fue la que dijo hace poco que Ingrid estaba en Venezuela, bien, disfrutando, enamorada de sus captores, "con el síndrome de estocolmo". Y luego se hizo la sonsa ante las fotos que evidencian su sufrimiento. Investigue un poco y no deshonre a la universidad dónde estudio.
A quienes manejen el negocio de la guerra, claro que les beneficia. Saludos Guapacho.
Muy cierto Janneth por lo que reflexionas, muchas gracias por compartirlo.
No me extrañaría Gerente que ese tipo de acciones ocurriera para que tuviera el pretexto de iniciar una guerra. Y lo mismo con Correa.
Jejeje... Cierto Patton. Saludos.
Estamos de acuerdo Ricardo, no creo que haya guerra. Saludos
Normalmente los anónimos no merecen respeusta por la cobardía que entraña no dar le nombre, pero me ensuciaré solo para decirle que sí creo que Ingrid está en Venezuela y más exactamente, en alguno de los 17 campamentos de las Farc en el Zulia. La única precisión es que no está disfrutando, sino que es torturada por las Farc.
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